E
stos vegetales quedaron cubiertos en nuestro valle por
sedimentos con espesores superiores a los mil metros. Mediante la presión y la temperatura, han llegado a nuestros días como
una hoja conservada entre las páginas de un gigantesco libro que vamos a abrir, dejando aparecer ante nuestros ojos plantas
que han permanecido ocultas 300 millones de años, cuando la vida comenzaba a abandonar las aguas y iniciaba la conquista de la
tierra firme.
La Fosilización.
Es fósil todo resto de vida de periodos pasados, así un fósil es una planta, un hueso, un rastro dejado por un gusano o un
excremento. Por lo que a nosotros respecta, vamos a describir los fósiles que aparecen en Villager, que han llegado hasta
nuestros días por un proceso llamado:
La Carbonificación.
Es la forma más habitual de fosilización de los restos vegetales formados por celulosa. La acumulación de materiales
vegetales: raíces, troncos y hojas en un ambiente con ausencia de oxígeno en primer lugar produce humus, si el proceso
continúa, aumentando la presión, y con una progresiva sustitución del resto de los componentes orgánicos por carbono, acaba
formándose carbón. Poco a poco iremos colocando en esta página los ejemplares más variados, y mejor fosilizados que dispongamos. Para un
paleontólogo, es tan imprescindible como el uso de un martillo, el uso de una lupa para estudiar las más pequeñas
nerviaciones de las pínulas que a simple vista es difícil observar, pero en esta ocasión la fotografía tiene sus limitaciones.
Vaya por delante que no somos expertos en estos temas, por lo que ruego que cualquier opinión será bien recibida.
Pecópteris. Fueron helechos con flores, frutos y simientes que vivieron en un periodo llamado por los geólogos
stephaniense, última época del carbonífero y con una edad próxima a los 300 millones de años. Las hojitas de este helecho
son rectangulares , redondeadas en su extremo e insertadas en el tallo en toda la longitud de la base de la hojita, llamada
pínula. En las dos imágenes inferiores, troncos de pecopteris. Se pueden apreciar las señales dejadas por los tallos (cicatrices foliares)
Neuropteris. Presentamos un único ejemplar encontrado en abril de 2006 en la zona de El Feisoin. La característica
principal de este fósil es que sus pinulas u hojitas , se insrtan en el tallo en un solo punto, al contrario de los
pecopteris que lo hacen a lo largo de toda su base. Las pínulas son redondeadas.
Lepidodendron. Su nombre científico se traduce por “árbol de escamas”. Los lepidodendros tenían un tronco recto que
podía llegar a alcanzar de 35 metros de altura por un metro de diámetro. Sus ramas de ramifican de dos en dos y estaba
coronado por una copa de ramas y con aspecto que recuerda a una palmera actual. El fósil que presentamos es parte de la corteza, y las marcas son las cicatrices
foliares,como veréis hay una semejanza con los troncos de las palmeras actuales.
Sigillaria. Las sigillarias es uno de los fósiles de árbol más frecuente en nuestra zona. Estos árboles al igual que
los lepidodendros, crecian en los terrenos pantanosos. Su base era notablemente ancha y en su parte superior se bifurcaba
en dos ramas.Se dividen estas sigillarias en dos grandes familias, en la que aquí presentamos, está marcada con importantes
acanaladuras y sus cicatrices foliares aparecen pareadas, se trata de la Sigillaria laevigata. Otras variedades tienen
las cicatrices alineadas verticalmente con forma exagonal.
Calamites. Los Calamites tenían una altura de 10 metros y un diámetro de 25 centímetros. Su tallo estaba articulado y en
general se asemejaba en gran manera a los equisetos o colas de caballo que crecen actualmente en nuestras presas de agua.
Sus hojas reciben el nombre de annularias. En la mayor parte de los tallos son moldes de la médula, según los geólogos, la
corteza desaparece en el proceso de la fosilización. Personalmente discrepo, dado que los frondes de los ptecópteris son muy
endebles y quedan perfectamente grabados. En la imágen de la izquierda,un catamites encontrado en las proximidades del puente
de Las Conidias formado en arenisca, presenta estrías longitudinales. En la imágen de la derecha se puede apreciar
perfectamente el nudo de la articulación.
Annularia. Como hemos dicho anteriormente, las hojas de los calamites se llaman annularias. Hay diversas variedades.
la primera es la annularia stellata, en el centro Annularia equisetiformis" y finalmente annularia
fertilis
Sorpresa. De vez en cuando, cuando buscamos fósiles, puede surgir la sorpresa. En la
imágen, una de las muchas que nos esperan cuando una mañana nos vayamos a una escombrera dispuestos a
descubrirlas.
Con fecha 6 de abril de 2006 tras acudir al Museo Nacional de Ciencias Naturales, nos hemos entrevistado con una persona
especialista en paleobotánica, provistos de esta pieza. Se nos ha contestado que probablemente se trate de una sección de
Calamites, fracturado por una de sus articulaciones, cosa que no podía asegurar. Lo que sí ha podido afirmar es
que, a pesar de su veteranía, es la primera vez que ve una pieza similar, motivo por el cual y hasta llegar a una certeza,
continuamos la inverstigación.
"Es difícil, con sólo una imagen, clasificar un fósil. Sin embargo, en este caso, yo no dudaría de su asignación a un
Calamites y, como ya le han indicado, a la sección transversal del mismo. Hay varios aspectos que apuntan a esta
clasificación:
Realmente, resulta gratificante el encontrarse con parsonas como la Dra. Fernández Martínez, a la que expresamos nuestro
agradecimiento.
Vamos adelante:
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NOTA: Los fósiles aquí presentados, pertenecen a la colección particular del creador de la web.
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Las dos primeras imágenes son el anverso y reverso de una lámina de 7 mm. de espesor, por lo que parece pertenecer a un
fragmento de corteza. Respecto a la última imágen se asemeja notablemente a las escamas de un reptil, obviamente no es así.
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Finalmente enviamos una imágen al área de Paleontología de la Universidad de León. De inmediato recibimos el siguiente
correo que reproduzco remitido por la Dra. Esperanza M. Fernández-Martínez, del Departamento de Ingeniería Minera:
- en primer lugar, el fósil está contenido en unas areniscas que rellenan también el interior del mismo; se trata, por
tanto, de un molde interno aunque en este caso ha conservado (carbonizada) la estructura (tallo de una equisetal) que
rellena
- la fosilización por carbonización de la estructura externa indica que se trataba de una escleroproteina (y, por tanto,
probablemente de un vegetal)
- a la derecha del fósil que le llama la atención puede observar un tallo de equisetal de menor tamaño (posiblemente, un
tallo secundario del que nos encontramos en sección transversal)
- me dice que lo ha encontrado en las escombreras de Villager de Laciana, y, por tanto, es casi con total seguridad, de edad
Carbonífero y continental (lo que implica que se trata del fósil de un organismo no marino); como usted sabrá, los Calamites
son fósiles especialmente frecuentes en el Carbonífero y, aun más especialmente, en series ligadas a los ciclotemas
asociados al carbón explotable
- los tamaños son perfectamente lógicos para las equisetales.
- el festón tan regular que le llama la atención existe en los tallos de las equisetales (ver figuras adjuntas), podríamos
decir que es propio y exclusivo de ellas; lo mismo ocurre con las tres zonas circulares y concéntricas, que se corresponden
con las diferentes partes de la pared del tallo de una equisetal (ver imagenes).
Por todo lo dicho, yo no dudaría en indicar que se trata de la sección transversal del tallo de una equisetal. Lo que es
poco frecuente (y quizá de ahí las dudas de mis colegas) es que se encuentre una sección transversal que permite observar
la doble fosilización de este ejemplar, ya que conserva el molde interno (relleno de areniscas), el tallo como tal
(fosilizado y muy preservado por carbonización) y la arenisca que externamente recubrió todo este ejemplar.
Un saludo
Esperanza"